Últimamente en los medios se habla mucho del TTIP. ¿Pero qué significan y de qué se trata?
Exactamente, las siglas quieren decir «Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión», pero en inglés claro. Y como su nombre indica, es un acuerdo entre Estados Unidos y Europa de libre comercio e inversiones.
Pero algo oscuro encierra. Las negociaciones, que empezaron en el año 2013, siempre han sido a puerta cerrada. Existe una cláusula que no permite la publicación de los principales textos de la negociación en 30 años.
Mediante este tratado se pretende armonizar las legislaciones de los países adheridos con unas normativas encontradas, prometiendo más puestos de trabajo y riqueza para todos, además de abaratar los impuestos de todo lo que sea importado a un país adherido al tratado.
La cosa no está clara, ya que es difícil competir con las grandes multinacionales de Estados Unidos. Ellos tienen una normativa menos exigente que la europea, por lo que pueden ofrecer sus productos más baratos y nuestras pequeñas empresas no podrán competir y acabarán cerrando. Por mucho que insistan y prometan que van a dar trabajo a mucha gente, siempre será un porcentaje muy pequeño de trabajadores europeos los que se beneficien, ya que, lógicamente, Estados Unidos aportará su propia gente.
Otro punto negativo es la privatización de los servicios. Este acuerdo impediría el acceso libre a la Sanidad y a la Educación.
Siguiendo con los derechos laborales, y con la excusa de ajustar las diferentes normativas entre países, corremos el riesgo de perder nuestro derechos que tanto han costado conseguirlos. Por ejemplo, en Estados Unidos no se establece un salario mínimo, ni hay seguridad social pública, así como la vigilancia de la salud en el centro de trabajo. Y algo que nos horroriza muchísimo a las mujeres y es que, en Estados Unidos, siguen siendo discriminadas en salario y en los puestos directivos.
Por otro lado, hay muchos productos prohibidos en Europa, como pesticidas o medicamentos, que podrían volver a ponerse en circulación de forma legal. En EE.UU no hay control gubernamental en los precios de los medicamentos, ni información veraz y pública de cómo se realizan los ensayos clínicos en los laboratorios estadounidenses.
Además, en Europa existe la obligación del correcto etiquetado de todos los productos, así como el establecimiento de la Denominación de Origen. En cambio, Estados Unidos exige que se elimine esta etiquetación, por lo que el ciudadano no podrá saber de qué está compuesto el producto que compra. De esta forma todos aquellos productos por los que hemos luchado para tener un prestigio de calidad y procedencia certificada, perderá ese privilegio. Volverán a ser genéricos, pudiendo ser copiados indiscriminadamente en cualquier país para comercializarlos, lo que provocaría pérdidas millonarias a nuestras empresas que acabarían cerrando.
Otra consecuencia adicional sería perder las «Normas de Seguridad Alimentaria» que tanto ha costado implantar en nuestro país.
Deberemos acostumbrarnos a los hábitos que utilizan en Estados Unidos y que nosotros no concebimos, como por ejemplo:
- Lavar el pollo con lejía para eliminar restos de sustancias tóxicas que han utilizado para procesarlo
- Utilizar medicamentos y hormonas en el ganado, y que están prohibidas en nuestra legislación.
- Implantar los Organismos Genéticamente Modificados.
Otro punto negativo para nuestro país es que se podrían utilizar combustibles contaminantes y usar libremente el método del fracking, con el daño que esta práctica supone para el medio ambiente.
¿Y qué me dices de la protección de datos? Sus normativas no son tan severas y estrictas como las nuestras, y todos nuestros datos quedarían expuestos y a disposición de multitud de empresas que ni conocemos.
El remate final se lo lleva el hecho de que las multinacionales americanas podrían denunciar a los Estados europeos si ellas creen que se vulnera sus propios derechos y, en cambio, la empresas americanas no podrían ser juzgadas.
Como ves todo es muy controvertido y, personalmente, pienso que saldríamos perdiendo todos nosotros y el medio ambiente.
¿Pero qué puedes hacer para intentar frenarlo?
Informarte bien.
Con esta pincelada, he querido darte mi opinión al respecto, pero te animo a que indagues más por la red y leas más documentos sobre este tema, contrastando opiniones de otras personas.
Si finalmente llegas al convencimiento que el TTIP no es bueno para ti, hay una serie de organizaciones ambientales que luchan para evitarlo. Sólo tienes que firmar sus peticiones en contra del TTIP y difundirlo entre tus amistades. Todo el mundo tiene derecho a estar informado y muchas personas, por el ritmo de vida que llevan, quizás no han oído hablar de ello. Está en nuestra mano propagarlo a través de una conversación, compartiéndolo en los blogs o en cualquier red social que suelas utilizar.
Para facilitarte la tarea, te propongo que visites la página web de alguna de las organizaciones que tienen el movimiento activo contra el TTIP:
http://www.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-en/No-al-TTIP/
http://cgt.org.es/firma-contra-el-ttip
https://stop-ttip.org/firmar/?noredirect=en_GB
¿Y tú que opinas?
Neus Moreno
Gracias Paqui, ya habia leido algo y firmado la peticion. Deseo que tengamos suficuente fuerza para pararlo, pues realmente no es nada bueno para nosotros.
Paqui
Neus, compruebo que opinamos lo mismo. Clica aquí si quieres seguir las últimas noticias de este acuerdo.