Optar por una dieta vegana me ha reportado muchos beneficios. Además de no participar en el daño que se hace a los animales, gracias a la dieta vegana he conseguido estar mejor nutrida, tener más energía, no padecer estreñimiento, retener menos líquidos, estar menos cansada, tener menos dolores musculares, tener una piel mejor cuidada, tener un cabello más sano, dormir mejor, y un largo etcétera.
Pero una de las cosas más importantes que me ha aportado la dieta vegana y que me ha ayudado mucho en mi crecimiento personal es haber aprendido a tener mucha paciencia con las personas que me rodean.
Hay personas que no entienden esta filosofía, y me piden continuamente que justifique porqué he elegido la opción del veganismo.
Normalmente estos debates aparecen cuando voy a un restaurante con amigos y busco en el menú o la carta lo que voy a pedir para comer.
Algunos de mis amigos están totalmente en contra de mi estilo de vida y pretenden imponerme su criterio sin atender a razones. Pero como son amigos, me limito a sonreírles y a disfrutar de la velada sin entrar en debates. Es casi peor que hablar de política o de fútbol.
Otros, en cambio, me muestran su interés y me preguntan porqué hice el cambio. Realmente es muy enriquecedor explicarles todas las posibilidades que hay para sustituir las carnes y pescados por todas las opciones disponibles. Se les abre un mundo desconocido para ellos e incluso algunos se animan a probarlo.
El otro día me llegó este vídeo vía whatsapp y quiero compartirlo aquí para demostrar que, desde pequeños, tenemos sensibilidad y respeto por el resto de animales que nos acompañan en el planeta. Depende de nosotros mantener ese sentimiento y no desvirtuarlo, ya que no es necesario comer animales para vivir.
Oficialmente se designa al hombre como omnívoro porque puede comer de todo. Pero si lo analizas, todos los omnívoros que comen carne, la comen cruda. Los humanos comen carne si la cocinan o procesan, ya que nuestro instinto básico rechaza la carne cruda al no atraernos ni su olor, ni sabor, ni textura. Sin embargo, sí que se nos hace la boca agua cuando vemos una fruta jugosa o un plato de verduras frescas. Además, nuestro sistema digestivo no está preparado para digerir carne cruda y morfológicamente somos diferentes de los animales omnivoros.
Este tema de la dieta vegana se debería reflexionar y normalizar como ocurre en otros países. En España está costando un poco más, pero es cierto que va aumentando el número de personas adeptas a esta dieta tan beneficiosa para la salud de los animales humanos y no humanos.
Sería un buen paso para la sociedad que todos los restaurantes incluyeran platos veganos. Por suerte, cada vez hay más restaurantes que lo hacen, pero aún así queda mucho camino por hacer.
Desde este blog voy a seguir diciendo muy alto como mi amiguita del video: ¡¡¡YO NO COMO ANIMALES!!!
¿Te apuntas?
Carmen
Paqui,yo sigo leyendo tus cositas y aprendo,conociendo más opciones puede una elegir entre más opciones.Aunque de momento lo que hago es introducir cositas nuevas y dejar otras
Paqui
Gracias Carmen por seguir mis publicaciones. Ya haces bien, introduciendo cosas nuevas poco a poco, esa es la manera de afianzar un cambio. Un beso.
Charo
Nuevamente un estupendo post Paqui!
Yo soy de las tuyas.
Coincido contigo totalmente, me ocurre igual que a ti a la hora de decir que soy vegana.
Muchas gracias por compartir.
Un beso!
Paqui
Gracias Charo por tu apoyo. Sé que en este tema estamos juntas y compartimos nuestro deseo de luchar por los derechos de los animales. Un beso.